Porque los coches convencionales no son respetuosos con el clima. La cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 fue de unos 146 millones de toneladas de CO2. La mayor parte, con diferencia, está causada por el tráfico rodado (96%, a partir de 2019). Los coches de gasolina y diésel son responsables de cerca del 61% de esta cifra. Por ello, se demandan opciones de conducción alternativas para el transporte individual.